Dormir cómodamente cuando las noches se vuelven más y más calurosas puede ser un verdadero desafío. La incomodidad causada por el calor puede hacer que sudes y te des la vuelta con más frecuencia, dejándote irritable y somnoliento al día siguiente.

Pero hay algunas estrategias que pueden ayudar a combatir el calor y garantizar una noche de sueño fresco, cómodo y reparador.

Aquí hay algunos consejos para poner en práctica:

Crear un ambiente fresco y confortable en la habitación

La luz del sol puede calentar la habitación, es esencial que mantenga las puertas, persianas o cortinas cerradas durante las horas más calurosas. Siempre que el calor apriete, use un ventilador, ventilador o aire acondicionado. Cuando se usan correctamente, estos aparatos pueden ayudar a reducir significativamente la temperatura de la habitación. Coloque el ventilador cerca de la cama y dirija el aire acondicionado al área de dormir para obtener la máxima eficiencia.

Elige bien tu ropa de cama

Prefiera sábanas ligeras y transpirables, preferiblemente hechas de fibras naturales como algodón, lino, seda o bambú. Estos materiales permiten la circulación del aire y ayudan a disipar la humedad, ayudando a mantener el cuerpo fresco y seco durante toda la noche. Invierta en un protector de colchón. Al regular la temperatura, permite un confort adicional. Reemplace el edredón con una manta ligera o simplemente una sábana. Esto evitará el sobrecalentamiento y promoverá una mejor circulación del aire.

Beba mucha agua durante el día

Mantener un buen nivel de hidratación durante todo el día es la mitad del camino para dormir mejor. Sin embargo, evite beber grandes cantidades antes de acostarse, para que no tenga que levantarse en medio de la noche para ir al baño. Mantenga una botella o un vaso de agua en la mesita de noche. Por lo tanto, si te despiertas sediento durante la noche no tienes que levantarte para ir a buscar agua.

Enfriar el cuerpo antes de acostarse

Bajar la temperatura de su cuerpo antes de acostarse puede ayudarlo a conciliar el sueño más rápido y mantener un sueño tranquilo. Tomar una ducha refrescante es una buena manera de relajar los músculos y hacer que sea más fácil conciliar el sueño. Colocar una toalla húmeda o una compresa fría en la frente, las muñecas o el cuello alivia inmediatamente el calor.

Si incluso con estos consejos no puede tener un sueño reparador, puede ser el momento de verificar la calidad del colchón, la base y la almohada. Conozca nuestra oferta y... ¡Buen descanso!